Kullervo de calzas azules... Sibelius en Oviedo


Un concierto muy cálido pese a estar dedicado a Finlandia. Hemos podido disfrutar del "programa Sibelius" que llevamos comentando varios días y en una versión ya "ensayada" en Valladolid (de la que también nos entregaron los programas de mano a la entrada del Auditorio). No quiero "cargar" los enlaces o links de las entradas anteriores, limitarme a reflejar las primeras impresiones nada más llegar a casa. Las notas al programa son de mi colega en el IES "Rosario Acuña" de Gijón y Dra. en Musicología Nuria Blanco Álvarez, especialista en Manuel Fernández Caballero, que le mandaré directamente a mi amigo David Revilla. La Orquesta de Castilla y León realmente nos sorprendió para bien, tal vez se noten las actuaciones en Valladolid, pero sonó compacta, afinada, tal vez la cuerda no estuvo en el plano sonoro que le correspondería, aunque Ari Rasilainen tendría "sus razones" o bien no le hicieron todo el caso que deberían. Incluso el metal brilló (qué redundancia) con luz propia, y los solistas se han comportado. Karelia, Op. 11 abrió el programa "calentando motores" ante una sala no al completo pero que se movía en las butacas ansiosa de más. Finlandia, Op. 26 con la primera intervención del Coro Acdémico Masculino de Helsinki (KYL Kauppakorkeakoulun Ylioppilaskunnan Laulajat) más el Coro Académico Psaldo que no figuraba en nuestro programa (aunque lo supuse cuando me enteré que el tope de edad para el primero era de 45 años -notas en el programa de Oviedo- y algún corista tenía más años que un servidor (cincuentón recién estrenado) ya hizo volcarse al público carbayón (de Oviedo), con ese segundo himno finlandés debido a V. A. Koskenniemi (1940) que en la traducción se parece mucho a nuestro "Asturias, Patria Querida" en ese "sun päiväs koitaa, oi synnyinmaal", evidentemente en la letra, pero que muchos iban siguiendo en la traducción cortesía de la Universidad de Helsinki (como el resto del programa) y que incluso arrancó más aplausos de los esperados (¿empatía nacionaliega o coral?).
Para la segunda parte quedaba la parte musical inspirada en el Kalevala finlandés de Sibelius, Kullervo (1892), donde esperabamos a los solistas: la soprano Johanna Rusanen, algo más entrada en kilos de lo esperado y nada favorecida con el "modelito" elegido, con un registro grave algo "débil" y "color desigual" pero que cumplió de sobra en su papel de Sisar, la hermana del protagonista Kullervo a cargo del excelente barítono Tommi Hakala, personalmente el triunfador de la noche (quiero escucharlo cantando ópera) junto al coro, al que le compré el CD por 20€ ¡para ayudar a la crisis! con este Kullervo que ha recibido buenas críticas en www.mundoclásico.com -David te haré copia del disco que me consta no tienes más el programa de mano- con otros solistas (Satu Vihavainen y Juha Uusitalo) pero mismo coro y director con "su" Filarmónica Estatal de Renania-Palatinado, grabado para CPO en 2005. Si bien hay que reconocer que la partitura es "agradecida" (cantaron de memoria todo el programa) y sin grandes dificultades técnicas de afinación, entradas, armonías, empaste (siempre fácil en voces iguales) más el idioma que es el suyo propio. Con todo, su "poderío" causó impacto entre un auditorio "entrenado" en una música coral con gran tradición en nuestra tierra (sirva de ejemplo nuestro "Laureado Coro Santiaguín" por ser un coro de voces graves que siempre triunfa, y sin hacer comparación alguna). La velada finalizó pasadas las 22:15 pero el público (incluído el que suscribe) disfrutó de lo lindo y por una vez no tenía prisa por cenar... Y luego me dirán que Sibelius es triste o frío... Hoy me resultó una Finlandia de lo más cálida.

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