Engaños venecianos

Entrada original del día 5 de noviembre de 2010 a las 00:12 horas, y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Sin links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), la dejo como estaba ¡y con TODAS MIS FOTOS!:
Domingo 31 de octubre, 21:00 horas. Iglesia de San Vidal, Venecia. Interpreti Veneziani. Obras de Vivaldi, A. Corelli y Cambini. Entrada: 25 €.
Ya comentaba recién llegado de la escapada a Venecia que es una ciudad donde la música forma parte de la oferta turística, pero no siempre con la calidad deseada y menos con los precios que tienen, si bien toda la zona es para ricos y no para un profesor de instituto español.
Tras visitar ¡gratis! la exposición sobre instrumentos musicales del barroco me dirigí con tiempo para coger sitio a una iglesia sin culto y sede de una agrupación que a la hora de la verdad según se sentaron ya me dejó perplejo: 2 violines I (uno de ellos haría de solista), 2 violines II, 1 viola, 1 cello, 1 contrabajo y 1 clavicémbalo. Sí, han contado bien, 8 músicos para el programa que aquí les dejo escaneado (donde figuran 13 intérpretes ¿gripe de última hora?), eso sí, con una reverberación horrorosa que aumentaba la sensación sonora pero que lo mezclaba todo en exceso dando un protagonismo excesivo a un clave mal situado y tapado que debía mirar al cello para entrar a tempo.
De la mala afinación del conjunto habría para denunciar ante los Carabinieri, y conste que mi oído no es de tísico porque hasta mi señora se percató de ello.
La ¿versión? vivaldiana de una obra tan escuchada, versioneada, grabada, estudiada, con auténticas referencias a lo largo del tiempo como Las Cuatro Estaciones, sí sería de estudio pero para "jugar al despiste" de cómo no debe interpretarse o mejor PARA OLVIDAR, sin ningún criterio ni rigor musical: acelerandos y ritardandi sin venir a cuento, pausas al final de las frases, más un intento de mostrar su ¿virtuosismo? al alternar los solistas (nunca el concertino que "ejercía" de director), comiéndose notas, exagerando unas notas de paso no escritas ni pensadas, haciendo unos archi extrañisimos, con unos ataques fuera de lugar y ante la plantilla comentada, totalmente desequilibradas texturas y dinámicas. Resultado final: "Primavera ártica-Verano siberiano" 0 "Otoño brasileño" e "Invierno caribeño" 1.
El Concerto Grosso op. 6 nº 12 de Arcangello Corelli, pese al rimbombante "subtítulo" instrumental (per 2 violini, violoncello, archi e cembalo) no resultó apropiado ni ceñido a forma ni plantilla -quedaban de arcos un violín y el contrabajo pues contó con los mismos instrumentistas, esta vez bien sentados- y con la misma falta de rigor interpretativo, sólo salvable de la quema el III Adagio precisamente por su ejecución lenta y más ajustada al término que en el resto de obras escuchadas en un recinto que estaba lleno 35 minutos antes del comienzo (es cierto que llovía a mares y sonaba música de fondo agradable).
Giovani Giuseppe Cambini (1746-1825 ó 1832) fue autor de un Método de Flauta y compositor del Clasicismo que rivalizó con Mozart y autor de abundante música de cámara. El Concerto per 2 violini e archi colocó a los solistas vivaldianos como segundos y de dúo solista los concertinos, dando descanso hasta otro día al cembalista. Al menos hubo empaste, menos desafines y dos movimientos que rezumaron clasicismo ¡por fin!, al igual que la propina: el Presto del Divertimento en RE M., K 136 de Mozart, "rindiéndose los italianos venecianos" al genio de Salzburgo muerto en Viena como Il Prete Rosso. Eso sí, descafeinado y de sobre en la tierra del espresso.
Tras comprobar la cantidad de conciertos de todo tipo y a diario que Venecia oferta, creo que debería aconsejar a los futuros viajeros melómanos que se informen bien, pues ni siquiera la realidad se ajusta a la publicidad. Eso sí, japoneses los había fotografiando todo, algunos alemanes algo cabreados (los tenía detrás y algo les entendí), algunos españoles disfrutando del fin de semana y donde lo de menos era la calidad musical, y un negocio de venta de CDs dentro del "holding de los ejecutores" (que no ejecutantes) en la Chiesa San Vidal. Al menos en Asturias la oferta musical es de calidad y no nos suelen engañar, aunque malos días los podemos tener todos. Puedo presumir que he estado en conciertos de alumnos con mucha más seriedad que la veneciana.

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