Sobre todo Liszt

Domingo 4 de marzo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Jornadas de Piano "Luis G. Iberni": Nelson Goerner. Obras de Mozart, Schumann y Liszt.
Argentina tierra de pianistas nos devolvía una promesa que tras muchos años de su primera visita a Oviedo (aún se celebraban las Jornadas en el Campoamor) es toda una realidad. El programa elegido era duro y tal como se desarrollaron las obras, la primera parte sirvió sobre todo para "calentar" y afrontar la segunda, auténticamente deliciosa, lo mismo que en su interpretación en Buenos Aires de junio pasado, y leyendo su biografía acompañante entre otros de Vadim Repim que estuvo en Oviedo el pasado jueves...
La Sonata para piano nº 4 en MIb M., K. 282 / 189g (Mozart) trajo la frescura de Salzburgo, limpia en sus líneas, desde el nada habitual Adagio con el que se inicia, la ligereza del Menuetto I - II y el Allegro final que tiene ya la firma inimitable del genio austriaco, estilo galante pero en cierto modo preromántico, con sonoridades buscadas desde una interpretación muy introspectiva atenta a todos los detalles aunque personalmente no sea de referencia, sin negarle unos fraseos hermosos.
La Kreisleriana, Op. 16 (Schumann) es un caleidoscopio de vitalidad e introspección, alegría y melancolía en el músico enamorado de Clara Wieck y obsesionado por la técnica. El personaje de E.T.A. Hoffmann comenta Ramón Avello en las notas al programa que "la vida imita a la literatura y Kreisler anticipa, en varios sentidos, la vida de Schumann", bipolaridad del compositor que el intérprete tuvo en cuenta solamente en alguno de los ocho números de esta bien llamada "Schumaniana" por mi colega y amigo, sucesión de animados, agitados, lentos, vivos, pero que no siempre comunicaron esos estados de ánimo, tal vez el último "Rápido y juguetón" (Schnell und spielend) como liberación de tensiones en una obra que necesitaría ser protagonista más que acompañante en la velada.
Menos mal que la Sonata para piano en Si m, S. 178 (Liszt) resultó plena de aciertos, volcándose el maestro Goerner literalmente desde el ataque de la primera nota, sacando todo el jugo a esa orquesta de las 88 teclas en que convierte el húngaro su piano, ahuyentando el propio espíritu schumanniano que no comulgaba con ella tras la primera escucha de esta tormenta sonora a pesar de estar a él dedicada, y frente a un amor wagneriano que bebería de la fuente de su suegro. Podría haber titulado esta entrada como "Pianos y Demonios" porque flotaba en el programa Lucifer en cuanto a las diabluras de temas y compositores. Realmente pletórica, íntima y extrovertida, placentera y tortuosa, grandiosa en sonoridades (el Lento así resultó) y ensoñadora, contrastes totales en una visión plenamente romántica por la que mereció guardar fuerzas el argentino en la primera parte y así afrontarla con todo lujo de detalles.
Todavía nos deleitó con dos propinas románticas a no poder que cerró el Estudio nº 4 en Do #m, Op. 10 nº 4 de Chopin, otro de los "endemoniados", realmente virtuoso y pletórico tras el derroche de Liszt. Nelson Goerner para recordar. 

Schubert Klavierstücke - Nelson Goerner - medici... por medicitv
P. D. Sólo reseña en LVA del lunes 5 de marzo; las críticas de Ramón Avello en El Comercio y Joaquín Valdeón en LNE del miércoles 7 de marzo no están disponibles en la versión digital.

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